El homenaje tuvo lugar el 23 de Marzo de 2012 en el pabellón Guido Beck del Instituto Balseiro, San Carlos de Bariloche. Durante el acto, estudiantes actuales descubrieron una placa en memoria de los ex alumnos detenidos-desaparecidos o asesinados.

Antonio Manuel Gentile - Promoción 1959
Susana Flora Grynberg - Promoción 1971
Eduardo Alfredo Pasquini - Promoción 1964
Manuel Mario Tarchitzky - Promoción 1972

PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE

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viernes, 30 de marzo de 2012

Agradecimientos


Nuestro reconocimiento y eterno agradecimiento a todos los familiares, amigos y compañeros de Antonio, Susanita, Tarcho y Pasquini, por los invalorables aportes y entrañables recuerdos.

Este homenaje ha sido posible gracias a :

- La Asociación de Ex-alumnos del Instituto Balseiro, por auspiciar este homenaje.

- Los miembros de la comision de Derechos Humanos del Personal de CNEA, por incentivarnos a que fuera posible.

- Gerardo Aldazabal, Armando Aligia, Aníbal Blanco, Diego Harari, Javier Luzuriaga y Damián Zanette, por la ayuda en las distintas instancias de la organización.

- Ezequiel y Leandro Tosi, por la proyección del documemental “Liliana y Eduardo” y la filmación del acto homenaje.

- Emilio Kropff, por su ayuda con el diseño del blog y por las fotos.

- Emanuel Fito Bennati, y en su nombre al Centro de Estudiantes del Instituto Balseiro, por las sinceras palabras pronunciadas al descubrir la placa.

La reconstrucción de la memoria colectiva es esencial para recuperar la historia de una sociedad, y el Instituto Balseiro se debía como comunidad académica este homenaje.


María Teresa Causa y María José Sánchez

Palabras de María Teresa Causa

Los años 70's en el Instituto de Física y en la ciudad

Buenas tardes, 
Como ex alumna del Instituto Balseiro les agradezco haber venido a acompañarnos en este homenaje a nuestros compañeros víctimas del terrorismo de estado
Antonio Gentile, se sabe que desapareció buscando a un familiar pero no se conocen las circunstancias que rodearon a su secuestro.
Susana Grynberg, estando embarazada de 3 meses es secuestrada en la calle, en la ciudad de Buenos Aires
Eduardo Pasquini fue secuestrado en su casa, en Rosario, junto a su esposa

Ninguno de estos 3 compañeros fue visto en ningún Centro Clandestino de Detención.

Por último, Manuel Tarchitzky, secuestrado en la casa de un tío, muere acribillado 45 días después junto a otras 3 personas, entre ellas su amiga y compañera de militancia Zulma Matzkin. Los juicios en curso en Bahía Blanca ya han establecido que Tarcho pasó por el centro de detención conocido como “La Escuelita”.

También quiero honrar aquí a los ex-alumnos del Instituto Balseiro, Elena Sevilla y Máximo Victoria. Por sus ideas, ellos fueron encarcelados por largo tiempo y allí maltratados, humillados, sometidos y por último obligados a abandonar el país, sus vidas y sus familias. Ellos sobrevivieron al terrorismo de estado y han dado y dan su testimonio sobre lo que pasó. Por esta condición ambos, Elena y Máximo, deberían haber presidido esta reunión; es una pena que no estén hoy aquí.

A Antonio Gentile yo no lo conocí, ya había egresado cuando yo llegué. Conocí muy bien a Eduardo y a su esposa Liliana. Cuidé muchas veces a Gabriela-bebé, diría que era su “niñera principal”. Los vi por última vez en Rosario, en 1967. Gabriela nos contará sobre ellos y veremos un documental con testimonios que intentan “derrotar al olvido”.

En esta charla, por mi parte, trataré de trasmitirles mis impresiones de lo que fue el Centro Atómico en los primeros años de la década del 70; trataré de trasmitirles el clima de época. Y ubicaré en ese tiempo y lugar a dos de sus protagonistas: Manuel Tarchitzky (o Manolo o Tarcho) y Susana Grynberg (o Susanita). Ese momento coincide con mi regreso luego de pasar un tiempo trabajando en Francia. Me encontré con un grupo de estudiantes inquietos, contestatarios; todo podía y sobre todo debía ser discutido; no hacía falta ser “políticamente correcto” porque ¿qué era lo correcto?

El Centro Atómico era muchísimo más chico (por ahí puse una foto): las 14 viviendas al entrar, unos 10 pabellones para viviendas, laboratorios, servicios, eso es todo. No estaban los monoblocks, ni el reactor, ni el edificio de la biblioteca, ni el de Materiales, ni la guardería... No había televisión y la telefonía era prácticamente inexistente salvo en el casco urbano; para las comunicaciones usábamos la radio. Había pocos autos en la ruta, el transporte urbano era malísimo... Pasábamos mucho tiempo dentro de este predio. Mucho de nuestro tiempo libre lo usábamos discutiendo sobre la realidad del país, escuchando radio, haciendo circular la información que podíamos conseguir (sorteando la censura del gobierno militar de turno). Nos interesaba Chile y su propuesta innovadora de construcción del socialismo por un gobierno que había emergido de las urnas.

Queríamos saber más, nos juntábamos para leer. Llegamos a tener muy buenos niveles de organización y de entendimiento. Entre los hechos que generamos está la realización de la serie de Seminarios sobre Economía Política. Debo decir que estos primeros años de la década del 70 eran años de efervescencia y transformación que se manifestaba en distintos lugares del país. En el departamento de economía de la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca, un grupo de investigadores jóvenes dedicados a economía y a otras ramas de las ciencias sociales impulsaban un nuevo plan de estudio que significaba un cambio fundamental en la enseñanza de la economía, nunca visto antes en el país. Estos profesores se empeñaron en enseñar economía destacando la existencia de una diversidad de escuelas o enfoques de los problemas económicos. Zulma Matzkin estudiante destacada de esta universidad y amiga de Tarcho nos propuso la idea de los seminarios y encaramos la tarea sorteando mil dificultades. Fue un éxito, un acontecimiento para la ciudad.
El choque (metodológico) entre Físicos y Economistas fue impresionante. Recuerdo especialmente las interminables y apasionadas discusiones de café entre el economista Alberto Federico y nuestro Jorge Agudín, cada uno con su libreto; las bases de las disciplinas estaban en juego; con el debido respeto, uno se imaginaba el diálogo entre Marx y Einstein o Bohr.
Las charlas nos iluminaban sobre maneras diversas de contar la historia social de nuestro país y nos presentaban, desde diferentes perspectivas, un análisis de las políticas económicas implementadas en distintas épocas; también se discutían diferentes ideas sobre cómo encarar los nuevos desafíos político-económicos del momento.
Lo que se logró fue tan bueno que lo extendimos a un segundo año, agregando a los disertantes académicos, otros con un perfil más político.  En el segundo año llevamos las charlas al pueblo, al recientemente creado Centro Regional de la Universidad del Comahue. Uno de nuestros expositores más famosos, el cura Carlos Mugica, tuvo que repetir su charla al día siguiente en un salón más amplio.

Pensemos que este aporte a la cultura política de la zona fue generado desde aquí, por los atómicos, como muchos nos decían.

Recuerdo otro episodio: luego de la caída de Allende un grupo numeroso de universitarios argentinos de la Universidad de Concepción fue obligado a dejar el país; venían por tierra hacia el sur, en dos micros. Desde la Asociación de Física (en Buenos Aires) usando comunicación por radio, nos piden que los recibamos, los ayudemos en la frontera y los alojemos; ya ellos iban a implementar su traslado posterior. Nos organizamos. Recuerdo que del comité “de crisis” participaron también el administrador de la Fundación Bariloche y Pancho de Haro, del CRUB. Por un lado, médicos y abogados del pueblo fueron movilizados a la frontera para solucionar posibles problemas de salud y dificultades en las aduanas. Por otro lado, a nuestro requerimiento, prácticamente todos los habitantes del predio del Centro Atómico ayudaron albergando (en casas y pabellones) a familias enteras algunas con niños pequeños; guardando las distancias, era como un campo de refugiados... Debíamos estar movilizados para contener a la gente mientras esperábamos con ansiedad la noticia del traslado a Buenos Aires, que no llegaba. Una expresión fantástica de solidaridad.

Hay que decir que el grupo estaba todo el tiempo generando actividades, movilizando y discutiendo. Así es que paulatinamente desde mediados o fines del 71, fue surgiendo el interés por la militancia activa y algunos recalamos en el peronismo de izquierda. Allí estaban ellos, Manolo y Susana. Conocimos la ciudad, conocimos los barrios y sus habitantes. Se establecieron programas avanzados para la alfabetización de adultos; todos leíamos a Franz Fanon. Conocimos del trabajo del recién creado grupo de Agentes Sanitarios, que pasaban casa por casa controlando la salud de la población. Estas y otras acciones eran implementadas dentro del Nuevo Plan de Salud para la provincia de Río Negro que yo resumiría en dos frases: “salud para todos” y “la misma salud para todos”. Aprendimos mucho internándonos en el “territorio”. Conocimos y nos conocieron.

Luego de la muerte de Perón, en 1974, vimos el avance sin límites de la "Triple A". Leíamos en los diarios cómo muchos dirigentes políticos y sindicales eran asesinados. El Centro Atómico parecía preservado de estas contingencias; como lo habían hecho siempre desde su creación, los gendarmes custodiaban el predio pero no ocurría nada anormal. Sin embargo, una noche de verano, nos sorprenden por la ventana abierta los gritos de gendarmes llegando en grupos con ropa de combate, portando cascos. Apuntando con armas largas y golpeando las persianas nos obligan a cerrar ventanas y apagar luces. La iluminación exterior estaba apagada; una estudiante volvía de controlar su experimento en el laboratorio; los gendarmes la increpan y la llevan apuntándole con un arma hasta el pabellón. Al día siguiente todo volvió a la “normalidad” ¿Un ensayo general? Ensayo para qué, para cuándo, nos preguntábamos...

Las cosas empezaban a ser distintas también en nuestro pueblo. Supimos que habían puesto bombas en los domicilios de médicos comprometidos con el Plan de Salud. En la misma ocasión también redujeron a escombros la casa que un legislador peronista estaba terminando de construir. Se dijo que eran “expertos” que llegaron de afuera y que el “sobrante” de explosivos lo detonaron en la estepa cuando se iban...

Durante 1975, el grupo comenzó a dispersarse. A Susanita la vi por última vez en febrero del 76; vino de visita a Bariloche y se acercó a conocer a nuestra hija recién nacida. Estaba como siempre: mirada escrutadora, conservando su personalidad dinámica y discutidora. A Tarcho lo había visto antes, en el 75, vino a ver la casa que estábamos construyendo, trayendo una bolsa de castañas que pretendió asar... pero no tuvo éxito.

Y, de ahí en adelante... ya sabemos, la conformación de bandas de sicópatas para actuar a las órdenes del más imponente aparato cívico-militar que se haya visto y así someter a la población. Esto de provocar miedo y codicia a la vez... despierta en muchas personas, en apariencia “normales”, lo peor, lo más oscuro...

Estas últimas semanas hemos recibido muchísimos mensajes, muchos recuerdan las cosas que les estoy contando, ha sido un trabajo intenso cargado de emoción y responsabilidad. Hemos armado varios paneles incorporando las contribuciones recibidas. Hasta hoy siguen llegando adhesiones y palabras de admiración hacia estos compañeros.

Hace unos años mi hija, en relación con su trabajo de antropóloga, me contaba lo que pensaba de las generaciones; en un momento me dice “porque ustedes los setentistas...” y yo la paré en seco: le digo “yo no soy de los setenta, yo soy de los sesenta... porque mi tiempo no fue el de la derrota fue el de la esperanza”. Después de estas semanas de reencuentro con esos viejos tiempos... creo que debo reconsiderar esa postura.

Muchas gracias por haberme escuchado.

María Teresa Causa
Bariloche, 23 de marzo de 2012




A través de una amiga, que le hizo llegar estas palabras, recibí hoy un mensaje de  Raimundo Guthmann (Raym), quien fue un compañero de militancia en los 70's y un médico comprometido con el plan de salud provincial
" me parece muy bueno, una buena descripción de lo que fué aquella época. Cuando la veas contale y mandale muchos saludos. Hicieron falta 35 años para que semejante discurso pueda ser leído en el Centro Atómico sin despertar una tormenta, la Historia a veces camina despacito"



Eduardo Pasquini, semblanza

Eduardo Alfredo Pasquini


Foto de su credencial de la Casa Argentina en París
Hace dos años, la Casa Argentina en París junto con la Société Francaise de Physique y la AFA hicieron un homenaje a Eduardo Pasquini, que fue huésped de esa casa en el año 1970. En esa ocasión Gabi Pasquini contó una breve historia de la vida de Eduardo, que ahora sus dos hijas, Gabi y Laura, adaptamos para leer aquí, en este lugar tan querido e importante para su vida. 

Eduardo Alfredo Pasquini, papá, nació el 24 de abril de 1941 en la Provincia de Córdoba. Su padre era ferroviario y nuestra abuela Libia (La Noni) era modista. Eran de extracción humilde, una familia católica y fuertemente peronista. Eduardo fue el segundo hijo. Vivió su primer infancia en un pueblito muy chico llamado Ríobamba (una estación de ferrocarril y unas casitas más), para trasladarse luego a una ciudad chica (o pueblo grande), Laboulage, al sur de la provincia. Eduardo competía en natación y era buen alumno. Decidieron mandarlo al Liceo Militar (ironía del destino) en la Ciudad de Córdoba, única manera de que pudiera cursar estudios secundarios de calidad. Una de sus tías, Rosita, tenía ya una posición económica razonable y lo alojó en su casa por unos años. Después de estudiar dos años de Ingeniería pudo dar el examen para ingresar a la carrera de física en el Instituto de Física Bariloche en agosto del año 1961, donde probablemente comenzó a ampliar sus horizontes.

Papá nos contó innumerables anécdotas de esa época, incluyendo cada una de las bromas pesadas con las que recibían cada año a las nuevas camadas.

En Bariloche conoció a mamá, Liliana Graciela Mizraji. Liliana tenía un año menos, estudiaba psicología, era porteña y de familia de clase media absolutamente antiperonista. Liliana había ido a Bariloche de vacaciones con una amiga, allí se enamoraron y se casaron un año después. Nueve meses después nació Gabi. Ellos apenas tenían 22 y 23 años; papá estaba por recibirse y mamá había interrumpido sus estudios para ir a vivir a Bariloche. Vivimos un año más en Bariloche. Imaginamos que habrá sido una época intensa y feliz. Nuestra tía Susu (hermana de mamá y casada también con un físico egresado del Balseiro conocido como “El loco Vazquez”) nos ha hablado siempre con emoción de la época en que vivían en “La Planta”, y reconoce a todos en las fotos borroneadas en blanco y negro, recordando cada uno de los nombres.

Luego nos mudamos a Buenos Aires. Ahí nació Laura, mientras Liliana completaba sus estudios entre embarazo y lactancia papá trabajaba en la CNEA. Luego a papá le ofrecieron un puesto en la Universidad de Rosario, que incluía el proyecto de armar un Departamento de Física. El trabajaba en Física Nuclear, tema de punta de la época, y que para ese entonces (año 67-68) tenía expectativa de contribuir al desarrollo nacional. En Rosario Liliana participó de la creación de la escuela de psicoanálisis en la ciudad. En esa época ambos comenzaron a tener una participación activa en política.

Nos fuimos a Francia en enero de 1971, a acompañar a papá en su estadía doctoral. De los dos años que vivimos en París tenemos muchos recuerdos. Recuerdos inolvidables son los paseos, los viajes que hacíamos alojándonos en albergues (la beca doctoral no daba para hoteles, por supuesto). Nuestro departamento estaba siempre lleno de visitantes argentinos, reuniones hasta tarde en la noche. Supimos después que esa fue una época de gran actividad política; supimos por ejemplo que Liliana colaboró en las investigaciones para el Libro de Emanuel, de Cortazar.

Volvimos a Argentina en abril de 1973, antes de que papá termine su doctorado, quizás porque ellos no soportaban estar afuera en un momento que consideraban trascendental en la historia, poco antes de la asunción de Cámpora

Volvimos a Rosario. Esa es la infancia más nítida para nosotras. Ellos trabajaban mucho. Papá tenía un cargo de profesor en la Universidad, mamá tenía consultorio muchas horas por día. Nuestra casa siempre llena de gente, grandes discusiones que escuchábamos desde la cama mientras nos dormíamos y que duraban hasta altas horas de la noche. Los estudiantes tomaban a nuestros padres (ellos apenas pasaban los treinta años) como referentes ideológicos. No sabemos si ellos tuvieron alguna militancia concreta en alguna agrupación, en todo caso no lo supimos. Nos enteramos que se acercaron en algún momento al PRT, nos lo contó un amigo cercano muchos años después. La nuestra era una vida “normal”: escuela, vacaciones, amigos, tele, plaza. Lo menos “normal” era que teníamos unos padres jóvenes, que nos educaban de manera muy libre y abierta para la época.

Papá volvió a Francia en octubre de 1975. Estuvo 6 meses en Estrasburgo y terminó su doctorado en física. Volvió a fin de marzo, unos días después del golpe de estado. En esos meses previos, con papá ausente, el miedo a las AAA estaba presente. Recordamos quemar libros en el incinerador. En esos meses había asesinatos, allanamientos, estábamos al tanto, pero no teníamos dimensión (y estamos seguras de que nuestros padres tampoco) de la gravedad de sus consecuencias. Se los llevaron de casa el 10 de junio de 1976. Al despertar nos encontramos la casa revuelta y ellos no estaban. Sabíamos lo que había pasado.

Gracias a la iniciativa de un gran amigo de Rosario, Sergio Monserrat, hace dos años se estrenó un documental, donde nosotras, mi tía y muchos amigos pudimos contar esta historia y dejar reflejado lo que ellos eran y representaban.

Gabi y Laura Pasquini

Laura Pasquini                                       Gabriela Pasquini


Manuel Tarchitzky, semblanza


Manuel Mario Tarchitzky



Manuel Mario Tarchitzky Lew, para sus conocidos “Manolo”, nació un 26 de Diciembre de 1949, en la ciudad de Bahía Blanca a las 23.30 hs. Fueron sus padres Abraham Tarchitzky y Rebeca “Berta” Lew, quienes tuvieron tres hijos más: Jorge, Dani y Clarita. Siempre fue una persona muy cariñosa, familiera, afectuosa...,y le encantaban los juegos. Era insoportablemente travieso.

Cursó el secundario en el Colegio Nacional, en Sarmiento 168. Durante los 5 años pasados en el Colegio Nacional acumuló un total de 25 amonestaciones y 4 días de suspensión por algunos problemas de conducta. Con respecto a esto la mayoría coincide en que era “liero” -usando un término de esa época- pero también sumamente inteligente. Se perfilaba ya la mente brillante que lo caracterizó en el Balseiro. Egresó del Colegio Nacional a fines del año 1966, e ingresó al Instituto Balseiro en Bariloche donde se recibió de Licenciado en Física en 1972.
Alto, buen mozo, simpático. Era un muy buen lector, le gustaba tanto leer como disfrutar de la pintura y los deportes. A pesar de que en las fiestas que se organizaban en familia era un gran conversador, se había convertido en una persona solitaria, o por lo menos así lo veían algunos.
Durante su niñez y adolescencia Manolo logró dejar varios recuerdos entre sus afectos más cercanos. Uno de ellos fue sin duda su primo menor, Fabián, quien lo recuerda como un héroe. Iban a pasar la tarde al parque en su Citroën verde loro, imposible de disimular ni de olvidar. Pero seguramente la persona que más lo recuerda es su madre “Berta”, para quien será por siempre ese nene especial, lleno de ideas locas y travesuras disparatadas.

También tuvimos el placer de hablar con un testigo que compartió momentos de la vida de Manolo, el Dr. Raúl Woscoff, amigo de Manuel y su familia, aceptó hablar con nosotros. Dice que recuerda su mirada limpia, y una sonrisa que estallaba en risa con frecuencia cada vez que se encontraban, tal vez al mencionar alguna travesura adolescente. Con los años lo notaba más sensible pero también más solitario. El último recuerdo que tiene de Manolo, es haberlo visto caminando por Av. Alem, completamente solo “como mirando al mundo desde afuera”.

A pesar de que todos lo conocían en cada cosa que hacía, la familia no estaba enterada de su militancia, fue una sorpresa para ellos, es más nadie sabía qué pensamientos políticos defendía. Pero varios testigos confirman que militó entre otros junto a Zulma Matzkin con quien compartía su ideal peronista. Fue secuestrado la noche del 20 de Julio de 1976 mientras dormía en la casa de sus tíos maternos en la ciudad de Bahía Blanca y posteriormente llevado al centro clandestino de detención “La Escuelita” en Villa Floresta.  Luego de permanecer cautivo por unos meses, fue asesinado, junto a otras tres personas, por miembros del Ejército Argentino, entre las últimas horas del 4 de Septiembre y las primeras del 5 de 1976, en una casa abandonada de Catriel 321 de Bahía Blanca, en un supuesto enfrentamiento. Pero otra historia contada por vecinos, dice que el 4 de Septiembre de 1976 se produjo una masacre o fusilamiento en ese domicilio de Catriel 321, se dice que esas cuatro víctimas no se defendieron ante tal ataque.

El 16 de Septiembre de 2008, se descubrió una placa recordatorio en la que figura su nombre junto al de otros veinte ex alumnos del Colegio Nacional que fueron como Manuel, víctimas de la última dictadura militar.

Autoras de la biografía: Deborah, Godoy; Rosario, Sainz. Colegio Nacional Bahía Blanca 
tomado del libro “Entrelazando historias … Construyendo memoria”  


Manolo recién llegado al IB. Foto de Fernando Grinstein





jueves, 29 de marzo de 2012

Susana Grynberg, semblanza

Susana Flora Grynberg


Susana nació en Buenos Aires el 18 de agosto de 1947. Tenía 2 hermanos varones.

Vivió en el barrio de Villa Crespo y realizó sus primeros años de estudios universitarios en la Facultad de Ingeniería de la UBA. .

 Fue una estudiante inquieta y contestataria. No tenía el menor reparo en decir exactamente lo que pensaba, independientemente del interlocutor.

 El trabajo especial lo realizó en la División Metales bajo la dirección de “Pelusa” Pérez.

 Posteriormente se trasladó a Buenos Aires ingresando a CNEA-CAC, trabajando en los laboratorios de Metalurgia y en el Laboratorio de Procesamiento de Materiales Radioactivos.

 La vimos por última vez en Bariloche entre los meses de febrero y marzo de 1976.

 Según los registros de Desaparecidos fue secuestrada en la vía pública en Buenos Aires el 17 de octubre de 1976. Estaba embarazada de tres meses al momento de su desaparición.




Adhesiones

Quiero expresar mi adhesion al homenaje a la memoria de Eduardo Pasquini que ustedes estan organizando. 
Dr. Daniel Bes-Físico

Felicitaciones y nuestra adhesión al Homenje a los ex-alumnos víctimas del terrorismo de estado 
Comisión de Apoyo a los Juicios de Bahía Blanca  

 Los trabajadores del Centro Atómico Bariloche y del InstitutoBalseiro, adherimos a los actos en homenaje a los estudiantes del IB asesinados y desaparecidos durante la sangrienta dictadura cívico-militar, que formalizó su accionar a partir del 24 de marzo de 1976.

Este homenaje es una deuda pendiente y me emociona que se pueda hacer efectivo. Felicitaciones a los organizadores.
Ricardo Page-Físico 


Con mucha emoción adhiero al merecido homenaje de los queridos compañeros mencionados y en particular con quienes compartíamos la militancia social y solidiaria; humildes militantes de esa lucha revolucionaria de los años 70, Tarcho y Susanita, asi los llamábamos, ellos al igual que los treintamil desaparecidos, entregaron su vida por una causa digna, noble y revolucionaria.
Ester Acuña
Ex concejal de Bariloche; ex legisladora de Río Negro


También hemos recibido la adhesión al "Homenaje a los ex alumnos del Instituto Balseiro detenidos desaparecidos o asesinados" de parte de:

RED POR LA IDENTIDAD de los Lagos del Sur

H.I.J.O.S. Bariloche

Junta Interna de ATE del Centro Atómico Bariloche








Sobre Eduardo Pasquini

Recuerdos de sus compañeros de la 7ª promoción del Instituto, egresados en 1964


Eduardo con Raúl Rapp.
Foto de Antonio Gagliardini
Eduardo Pasquini ingresó al Instituto de Física Bariloche en agosto del año 1961. Fue uno de los 18 estudiantes que ingresamos ese año, la mayoría becados por la CNEA. En ese tiempo el Instituto tenía diversos pabellones, dos de los cuales consistían en habitaciones con baños privados para dos personas. La mayoría de nosotros vivía en esas habitaciones, en los pabellones 4 y 6, en condiciones excelentes para la época, con todas las comodidades que se podían esperar de habitaciones estudiantiles. En particular, el servicio de limpieza, bajo la dirección de la signorina Marinachi, era impecable, incluyendo la lavandería, que se realizaba una vez por semana. En otro de los pabellones estaba el comedor, donde nos servían cuatro comidas al día. Además, también muy importante, la beca consistía en una pequeña suma de dinero que servía para gastos diarios.
Era una situación realmente excelente, aunque lo más importante era la educación misma, con Balseiro como profesor de Mecánica Clásica. Pero poco después Balseiro enfermó y no pudo completar el curso. Balseiro falleció en marzo de 1962 y desde setiembre de ese año el Instituto tomó el nombre de ”Instituto Balseiro”.
En el año 1963 se casó Raúl Rapp, el compañero de pieza de Pasquini y, casi simultáneamente, Bernardino Toledo, mi compañero de pieza. Naturalmente, Eduardo y yo compartimos la habitación a partir de agosto de 1963.
Eduardo era un excelente compañero, con intereses muy variados. Le encantaba tomar un vaso de vino de vez en cuando, pero si había oportunidad prefería calvados. Era gran amante del tango, pero su música preferida era la ”Sinfonía del Nuevo Mundo” de Dvorak. Parecía estar muy satisfecho en Bariloche y visitaba el pueblo todos los fines de semana. Una vez, en la primavera de 1963, me comentó que habían llegado a Bariloche dos ”chicas preciosas”, lo que era extraordinario, ya que Eduardo muy raramente hablaba de cosas íntimas. En realidad las ”chicas preciosas” era sólo una de ellas: Liliana Mizraji. Fue un amor a primera vista y con la intensidad de los 22 años de Eduardo y los 21 de Liliana. Cuando se trataba de Liliana, Eduardo perdía su reserva, y solía contar todas las atribuciones, intelectuales aún más que físicas, de Liliana. Decía que lo más hermoso de Liliana eran sus manos de dedos largos, que reflejaban, decía, su delicadeza espiritual.
Eduardo admiraba no sólamente a Liliana. También se sentía muy cerca de los padres de ella, especialmente el padre, que era una persona muy amable con múltiples intereses. Pero esta admiración se extendía a toda la familia y Eduardo solía contar a sus amigos anécdotas de los Mizraji, de la hermosa casa de Martinez en que vivían, y de la hermana menor de Liliana, Susana. No es de extrañar que uno de esos amigos, Alberto Vazquez, de una promoción posterior a la nuestra, se enamorase de Susana aún antes de conocerla, y finalmente terminó casándose con ella en el año 1965.
Cuando Liliana volvió a Buenos Aires Eduardo estaba como perdido en Bariloche y, finalmente, decidió ir a visitarla a fines de la primavera de 1963. Sospechábamos que iba a casarse, y esto dió a Rapp y a Craievich la idea de hacerle una broma. Con mucho cuidado, hicieron imprimir una tarjeta de invitación con letras doradas para el ”casamiento” de Liliana y Eduardo, la que se ubicó muy estratégicamente en el panel de entrada del Instituto. Todo ésto se hizo muy secretamente, por lo que la noticia produjo una especie de conmoción entre todo el personal, incluidos los estudiantes. A los pocos días Eduardo llegó de vuelta, pero solo, y ya en el camino de entrada la signorina Marinachi salió a felicitarlo. Eduardo se dio cuenta inmediatamente de lo que ocurría y dijo que su esposa vendría mas tarde. Y efectivamente, transformó el chiste en realidad y se casó dos meses después, en enero de 1964.
Liliana y Eduardo vivían en una de las habitaciones de estudiantes en sus primeros días en Bariloche, pero pronto consiguieron ubicarse como cuidadores de una hermosa casa en el camino al Llao Llao. Era una pareja hermosa, con muchísimos intereses que reunía en aquella casa una gran cantidad de físicos y otros amigos barilochenses, en largas veladas de charla, mucho cigarrillo y, desde luego, calvados.
En setiembre de 1964, poco antes de recibirnos, nació la primera hija, Gabriela (Gabi), que hoy es una reconocida física de materia condensada.
En diciembre de 1964 nos recibimos y fuimos muy pocos los que nos quedamos en Bariloche. Eduardo estuvo un tiempo allí y finalmente pasó a la Sede Central de CNEA en Ezeiza. Ya en Buenos Aires Liliana completó sus estudios de Licenciada en Psicología. Al poco tiempo nació su segunda hija, Laura.
Con el Profesor Guido Beck.  Eduardo con varios compañeros:
A. Craievich, A. Gagliardini, H. Schilman, L. Másperi y R. Liotta

En el año 1967 se creó la Licenciatura en Física en la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad Nacional del Litoral, de la cual derivó la Universidad Nacional de Rosario en 1968. De Bariloche partieron a Rosario varios físicos, entre ellos Mulhall y yo, que era el grupito de física nuclear teórica en Bariloche, primero y último que hubo allí. A Rosario también fue atraído Eduardo, desde Buenos Aires, para trabajar en física nuclear con nosotros.
La casa de los Pasquini en Rosario era, aún más que en Bariloche, un centro de reunión donde no solo había físicos sino también, y en su mayoría, psicólogos. Los motivos de charla iban desde el sentido y etimología de palabras como ”carisma” hasta los puntos calientes en política que, como es normal en Argentina aún hoy, abundaban.
Aparte de su trabajo como investigador, Eduardo tomó también la responsabilidad de cargos administrativos en la Facultad, y fue Secretario Académico del Departamento de Física. En este cargo tuvo posiciones muy firmes contra los que ocupaban cátedras sin tener ni el nivel requerido ni el interés necesario en la docencia. Esta crítica afectó no sólo a Física sino también, y especialmente, a las escuelas de Ingeniería.


En el año 1971 consiguió una beca para estudiar en Francia bajo la dirección de Andrés Zuker. Estuvo en Paris con su familia hasta el año 1973. Allí tuvieron, especialmente Liliana, una intensa actividad social, a pesar de que también debían hacerse cargo de las hijas, y se relacionaron con mucha gente, algunas famosas, como Julio Cortázar.
Eduardo volvió a Francia en 1975 para completar su tesis con Zuker en Estrasburgo. Liliana se unió a él más tarde y retornó antes para estar con sus hijas en Buenos Aires. En 1976 Eduardo rindió su tesis de doctorado y poco después ocurrió el golpe de Marzo. Zuker le advirtió del peligro que implicaba volver a Argentina en ese momento, pero él le aseguró que ellos no tenían nada que temer.

Eduardo volvió al día siguiente del golpe, y dos meses y medio después, el 10 de junio de 1976, un grupo de tareas lo secuestró junto a Liliana, dejando encerradas en sus dormitorios a las dos hijas. Dos días antes, el 8 de Junio, había sido secuestrada Julia Huarque, otra física rosarina. Fueron crimenes terribles que sumaron a Eduardo, a Liliana y a Julia a la lista de ”desaparecidos”.
No hay ni siquiera un atisbo de la razón de este crimen. Hay quien piensa que fue porque estuvieron en Francia (Julia tambien habia estado en Paris), ya que existía un grupo de inteligencia militar que pensaba que allí estaba ”la cuarta internacional”, la cual era una de las teorías conspiratorias absurdas de esos servicios de inteligencia. También hay quien piensa que Eduardo se hizo de enemigos poderosos entre aquellos que criticó como Secretario Académico, los que llamaron al Departamento de Física de Rosario ”la cueva”, con la intención implícita de dar la impresión que allí había un centro de ”comunistas revolucionarios”. En la película ”Liliana y Eduardo”, que es un documental sobre este crimen, se muestra que los vecinos de los Pasquini en Rosario eran de los servicios de inteligencia, y que probablemente fueron ellos los que incitaron el crimen. Pero quizás la razón más importante es que o Liliana, o Eduardo, o los dos, pensaban ”mal”, por ejemplo exigiendo en asambleas mejoras de algún tipo que disgustaban a los que manejaban los grupos de tareas.

Los detenidos en los campos de tortura de la región de Rosario que salieron con vida, dicen que no vieron allí a los Pasquini, y en contactos que tuvieron con otros detenidos, quienes terminaron como ”desaparecidos”, tampoco hubo señales de que alguien vió o escuchó algo sobre Eduardo y Liliana.

En esas noches fatídicas de junio fueron secuestrados Eduardo, Liliana y Julia. Algunos físicos rosarinos también fueron visitados en ese tiempo, pero tuvieron la fortuna de no encontrarse en sus departamentos y, en cambio de secuestrarlos, destrozaron muebles y robaron todo lo que tenía algún valor. Otros físicos fueron visitados e interrogados por hombres que parecían profesionales. Para no ser reconocidos iluminaban a los interrogados con lámparas muy intensas, encegueciéndolos. A uno de ellos, Mignaco, ya fallecido, quien en el mes de diciembre del año anterior había sido electo Presidente de la Asociación Física Argentina, un cargo peligroso en esa dura época, y había recomendado a Julia para ingresar a un instituto de física parisino, le preguntaron con vehemencia sobre sus relaciones con Francia. Le dijeron que estaban trabados en una lucha entre el comunismo y la civilización occidental y cristiana, afirmando que en esa lucha iba a haber un solo ganador. Además lo amenazaron, previniéndole que si le hacían otra visita sería para llevárselo. A Mignaco y a los otros interrogados les dio la impresión que se trataba de oficiales del Ejército.
Esto indica que los que cometieron el crimen eran profesionales muy bien entrenados con recursos especiales. Probablemente pertenecían a algún servicio de inteligencia de alto nivel, quizás del Comando del II Cuerpo de Ejército, bajo las órdenes, en esa época, de Diaz Bessone y Galtieri, tristemente famoso, entre otras cosas, por su actuación en la guerra de las Malvinas.

La desaparición de Eduardo y Liliana fue un gran desastre para sus muchos amigos, pero muy especialmente para la familia de Liliana. Durante un tiempo recibieron cartas fraguadas de gentes probablemente relacionadas con los servicios de inteligencia militar, las que estaban escritas como si hubiesen sido dictadas por Eduardo o Liliana, donde se decía que estaban bien, pero necesitaban ropa y dinero. Bajo esta presión enormemente cruel e inhumana, el padre de Liliana, esa persona dulcísima y pacífica, se desmoronó físicamente y al poco tiempo falleció.

Para el Departamento de Física de la Universidad de Rosario la desaparición de Eduardo y Julia y de otros colegas fue también un desastre, y produjo un desbande generalizado de físicos a otros lugares en Argentina y, sobre todo, a otros países. Pero el crimen de los Pasquini también fue motivo para que mucha gente tomase actitudes casi heróicas. Por ejemplo Boix, otro compañero de estudios barilochense ya fallecido, que era oficial de Marina, renunció a su cargo como muestra de su desaprobación de estos crímenes.

El trabajo de tesis de Pasquini fue excelente y es muy citado en física nuclear. Forma la base de la componente más importante de la interacción entre nucleones en el medio nuclear, la llamada”componente monopolar” de la fuerza nuclear. Su desaparición hizo que la tesis fuese publicada recién en 1979, en parte porque Andrés Zuker también vivió este crimen como un desastre personal. Con el título ”Quasiconfigurations: an approach to effective forces”, fue publicada en Physics Letters 82B, 319 (1979). Bajo el nombre E. Pasquini hay una llamada a pie de página que dice:

“Eduardo Pasquini disappeared in Argentina over two years ago and we have had no news of him (and his wife) since. Our results owe so much to his work, that his appearence as cosigner is more than justified.”

Roberto J. Liotta
R. Rapp, R. Liotta, A. Craievich, L. Másperi, Eduardo y B. Toledo
Foto de Antonio Gagliardini

Antonio Gentile, anécdotas

Me acuerdo de Antonito Gentile, a quien conocí el verano que estuve en Bariloche asistiendo al curso de Bergstron. No tuve mucho trato con él, y poco puedo contribuir a dar una semblanza suya, pero puedo afirmar que era un tipo afable y transparente, casi diría inocente, capaz de sostener sus convicciones aún a riesgo de que fueran mal interpretadas y usadas en perjuicio suyo. Su desaparición es un ejemplo más de las prácticas aberrantes que Dios quiera que hayan desaparecido para siempre de la Argentina.
Alberto Pignotti
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Me alegro que se le haga un homenaje a los ex-compañeros desaparecidos.
Mi recuerdo predilecto de Antonito es de un momento feliz, cuando jugando al fútbol lo llevaron en andas(*).   Antonito era muy filósofo. Tenía una gran intuición hacia el comportamiento de las personas. Recuerdo escucharlo con comentarios muy sabios sobre el funcionamiento del Instituto. También era
ingenuo, tal vez no creía en la maldad de las personas… Después que nos recibimos no supe más de él. Yo tampoco lo ví en las listas de desaparecidos, pero tampoco encontré a un compañero del secundario que era médico y fué secuestrado en La Plata.
Oscar Vilches (compañero de la 2ª promoción del Instituto)
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Aprecio mucho que la Asociación trate de recoger información sobre
nuestros compañeros desaparecidos. Conocí muy bien Antonio Gentile pues
fuimos compañeros de promoción; a Susana Grinberg la conocí en el
período durante el cual trabajó en la Gerencia de Tecnología de la CNEA.
Desde que dejé definitivamente el País en enero de 1978, he seguido
siempre el problema de derechos humanos, incluso a través de
organizaciones como Amnesty International. Seguramente mis informaciones
son incompletas y, a diferencia de otros casos, vi poquísimas
referencias favor de Antonio y Susana. El tiempo transcurrido no
favorece hoy la búsqueda de informaciones ciertas sobre estos ex
compañeros nuestros pero está muy bien ocuparse de ellos. Les agradeceré
pues si me pueden tener informado. Aun cuando no creo poder ser
demasiado útil, quedo a disposición de Uds. en caso que algo pueda
hacer, incluso la contribución a fondos para favorecer esa búsqueda.
Con un afectuoso saludo.
Alberto Bonfiglioli (compañero de la 2ª promoción del Instituto)
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(*) la foto de este acontecimiento se muestra en "Antonio Gentile; poster 2".  En ese poster hemos asimismo incluido un relato de Arturo López Dávalos referente al casamiento de Antonio Gentile en Viena que nos llegó después del 23 de marzo.

Antonio Gentile, semblanza

Antonio Manuel Gentile



Antono Gentile nació en Mar del Plata el 18 de noviembre del año 1933.  En el año 1954 comenzó sus estudios de matemática en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y años más tarde se trasladó a Bariloche para estudiar Física Perteneció a la 2da promoción de Licenciados del entonces Instituto de Fisica de Bariloche, egresando en el año 1959. 

Sus compañeros y amigos recuerdan a Antonito, así lo llamaban, como una persona extremadamente inteligente, algo tímida a veces, temperamental otras, de convicciones muy arraigadas, generoso y amante de la naturaleza.

Se destacaba por sus habilidades en el manejo de equipos electrónicos y según sabemos colaboró en la construcción y diseño del acelerador lineal de electrones a comienzo de los años 60. Trabajó luego en el llamado grupo de partículas elementales de la CNEA, del cual Emma Perez Ferreira era directoria. Fue docente de la cátedra de Electromagnetismo del IB durante los años 59-60 y luego hasta el año 1964 se desempeño como Jefe de Trabajos Prácticos en la FCEyN de la UBA, en las catédras de  Física Moderna y Electromagnetismo. Algunos cuentan que su relación con los alumnos no era de los más afable. De aquella época data un exhaustivo listado de 42 títulos de electromagnetismo que elaboró ante la demanda estudiantil por falta de bibliografía y que hoy exhibimos en el Salón de Actos bajo el titulo de La Lista de Gentile .

A mediados de los años 60 viajó a Austria con con una beca de IAEA y alrededor del año 1961 se traslado como estudiante graduado a la universidad de Yeshiva en New York.  En el año 1971 publicó una disertación, posiblemente su tesis doctoral, sobre Propiedades de transporte de estrellas de neutrones...

De lo que pasó después tenemos pocas certezas.

Abogados en defensa de los DDHH

COMUNICADO DE PRENSA
Los firmantes, integrantes de la asociación de abogados en defensa de los derechos humanos de S. C. de Bariloche, comunican que como aporte a la memoria, justicia y castigo a los autores de los secuestros, violaciones, asesinatos, tortura, detenciones ilegales, desaparición de personas, apropiación de bienes, robo de menores y apropiación ilegal de los mismos ocurridos durante la pasada dictadura militar han decidido organizarse como profesionales respetuosos del estado de derecho y con una conducta e historia contraria a las violaciones de los derecho humanos, a los efectos de asesorar y colaborar con quienes sufren dicho tipo de violaciones.-

En tal sentido conjuntamente con la APDH Bariloche y el Observatorio de Derechos Humanos de a Provincia de Rio Negro han presentado ante el Concejo Municipal un pedido para que el 17 de Junio sea recordado como el día de la protección del menor y su inclusión social en repudio al asesinato de Bonefoi por Gatillo Fácil, ya reconocido por la justicia y por los asesinatos del trabajador gastronómico Sergio Cárdenas, el Menor Nicolás Carrasco, la detención, tortura, lesiones de armas de fuego, golpes y vejámenes sufridos por vario menores el mismo día por integrar todos la protesta social que generara la muerte del primero de los nombrados siendo víctimas de la represión indiscriminada de la Policía de la Provincia de Rio Negro sin tener a la fecha condena judicial alguna o procesamiento de sus responsables tanto directos como políticos de dichos hechos.-

Así como repudiamos el 24 de marzo repudiamos a quienes contradiciendo incluso los conceptos de sus superiores continuan desde la Policia Provincial reprimiendo a un sector del pueblo por su calidad de jóvenes y de excluidos sociales en una clara aplicación de la doctrina de la Seguridad Nacional que exige respuestas rápidas que aun no han llegado desde la Justicia ni desde la esfera política.-

Como auxiliares del derecho destacamos la importancia, en memoria del 24 de marzo y, para lograr LA VERDAD Y JUSTICIA, de contar con un poder Judicial realmente independiente, autónomo y económicamente fuerte que haga realidad la transformación de la justicia en la Provincia. En tal sentido alentamos la participación popular en la elección de los jueces y en especial del Superior Tribunal de Justicia como método de control democrático en la elección de sus integrantes debiendo proceder a modificarse el sistema constitucional vigente por uno que sea no solo representativo de los sectores de la justicia y del poder político sino ,de los trabajadores del sector y de la población en general .-

Asimismo comunican que adhieren expresamente a los actos organizados por el 24 de marzo en especial :1- al homenaje a los egresados detenidos desaparecidos o asesinados del Instituto Balseiro durante la dictadura militar, 2-Homenaje a la Cra. Bedini en la sede de la CTA, 3- a la repintada de pañuelos en el Centro Cívico, 4 al Recuerdo de Juan Hermann organizado por el Movimiento Evita y 5- a la marcha a realizarse a la 17 hs organizada por Hijos que punto de partida en ONelli y Brown.



Rubén Marigo - Susana Capobianco - Laura Wainer - Miguel Blanco Crespo - Gustavo Fernandez - Lucrecia Ranzini- Natalia Araya - Julieta Blanco - Juan Mandagaran y Mariana Blanco.-





Recuerdos

sobre Susanita!

  … me acuerdo claramente de su liderazgo en las asambleas de
personal en el comedor del CAB cuando aún era estudiante

 Andrés García

Desde la Universidad de Rosario

 ... me gustaría recordar el lema de la Universidad Nacional de Rosario, en el momento de recordar a Eduardo Pasquini 


El lema de la Universidad Nacional de Rosario es : 

                                           "Confingere Hominem Cogitantem"

corresponde a "Formando Hombres Pensantes"

Era eso lo que queríamos hacer desde la Docencia de la Física Básica 

Esto no siempre es permitido ...

Oscar Sadovsky

Carta de Ricardo Page

Estimados Asociación de Ex-Alumnos del Instituto Balseiro, organizadores del
HOMENAJE A EGRESADOS DEL INSTITUTO BALSEIRO DETENIDOS-DESAPARECIDOS O ASESINADOS DURANTE LA DICTADURA MILITAR 1976-1983

Este homenaje lo vivo desde la admiración y el convencimiento que ellos luchaban sin agenda propia. Sólo con el ideal de servir a generaciones futuras, generaciones que nunca habrían de conocer. Muchos fueron de esa estirpe, en particular Susanita y Tarcho, a quienes más recuerdo entre los homenajeados de hoy, por ser compañeros de estudio y compañeros (o adversarios) en interminables reuniones sobre el "cómo se hace", el "qué se hace", el "cuándo se hace". Fueron consecuentes con sus convicciones y decidieron trabajar en mejorar la historia. Ahora son parte de ella. Queda para nosotros atesorar esa herencia.

Un homenaje como éste, a todos nos recuerda que la herencia existe. Espero que, a los familiares y amigos personales de los desaparecidos, este homenaje también les ayude a saber que están acompañados en su dolor y sus querencias.

Atentamente

Ricardo Page
(Egresado 1969)


Adhesión trabajadores CAB-IB

Trabajadores del CAB / IB
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Los trabajadores del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro, adherimos a los actos en homenaje a los estudiantes del IB asesinados y desaparecidos durante la sangrienta dictadura cívico militar, que formalizó su accionar a partir del 24 de marzo de 1976.

A pesar de que hay quienes, algunos con prensa y micrófonos, nos quieren hacer creer que el horror y la barbarie hay que dejarlos en el cajón de los olvidos, para volver a hermanarnos como si no hubiese pasado nada, queremos ratificar que tenemos TREINTA MIL razones para tener SIEMPRE presente a nuestros compañeros muertos y desaparecidos.

Debemos estar alertas y mantener la memoria activa, para que NUNCA MÁS se vuelva a repetir este doloroso capítulo de nuestra historia, y lograr que de esta manera tengamos una sociedad diversa y participativa, mediante la cual podamos decidir democráticamente los destinos de nuestra patria.

Los invitamos a todas y todos al acto que se realizará el viernes 23 de marzo de 2012 en el pabellón Guido Beck del IB a las 15:45 hs.

Habitualmente los trabajadores del CAB portan esta pancarta en las marchas del 24 de marzo en Bariloche.  En ella se recuerda a los trabajadores de CNEA desaparecidos.  En el primer lugar de la lista vemos el nombre de Susanita.



En Bahía Blanca, entrelazando historias...

Nuestro libro se denomina: 

Entrelazando historias… Construyendo memoria

Se trata de una producción colectiva, de alumnos y docentes de E. S N° 13, Colegio Nacional; presentado en el marco del X encuentro del 
Programa Jóvenes y Memoria, recordamos para el futuro. Chapadmalal noviembre de 2011.
AUTORES
Docentes coordinadores :
Elena, Di Sarli;
Hernán, Herbalejo
Alumnos: Manuela, Arribas; Joaquín, Alsina; Ailen Bellegia; Bárbara Bentivegna; Malena Díaz López; Sofía Evangelista; Ana Julia Ferreira; Déborah Godoy; Virginia Gonzalez; Laura Holzmann; Lucía Klear; Tomás Manero; Evelyn, Martin; Amparo, Palacios; Juan Manuel Vera Visotsky; Rosario Sainz; Javichi, Santacruz; Isadora, Valcarcel .
y la colaboración de: Abril Giménez; Maite Hermoso; Silvana Martínez; Carla Vázquez.
Nuestro libro está dedicado a la memoria de los ex alumnos del Colegio Nacional victimas de Terrorismo de Estado, secuestrados, detenidos - desaparecidos, y fallecidos entre 1975 y 1982.-
María Isabel, Mendivil; Fernando Alduvino; Víctor Eduardo Oliva; Manuel Garcia; Mario Golberg; Gabriel Ganuza; Julio Infante; Silvia Giménez; Benigno Gutiérrez; Roberto Garbiero; Manuel Tarchitzky; José L Peralta; Alicia Peralta; Ana Diego; Horacio Russin; Gerardo Carcedo; María E González; Cora Pioli; Gerónimo Russo; Carlos Oliva Oliveros; María L. Buffo; Mónica González; Juan C González; Alejandro Mónaco
Las biografias abordadas son :
Gabriel Ganuza; Silvia Giménez; Roberto Garbiero; Manuel Tarchitzky; José L Peralta; Alicia Peralta; Ana Diego; Horacio Russin; María E González; Cora Pioli; Gerónimo Russo; Alejandro Mónaco

Mensaje de Máximo Victoria

 ... La iniciativa de hacerles un homenaje a los compañeros caídos durante la dictadura me parece formidable. ... Yo lamentablemente no puedo aportar mucho. Conocí por supuesto a Antonio en mis épocas de estudiante y aunque tengo una imagen muy viva de él, no recuerdo historias en particular que pueda contar. Los Pasquini son también de mi época en el Cab, pero los perdí un poco de vista cuando se fueron a Rosario. De Susanita recuerdo su enojo generalizado con el mundo en que le había tocado vivir, pero cuando su militancia yo ya no estaba en Bariloche. Evoco su memoria y quiero pensar que toda esa vida y energía no han sido una pérdida inútil.

En aquella época en que la historia nos arrastró en su traza, creímos que podíamos cambiar el mundo. Y si, el mundo en que vivimos hoy ha cambiado, pero han tenido que pasar más de cuarenta años, toda una generación, para ver a los asesinos y torturadores finalmente condenados. Me siento también orgulloso de que sea el Parlamento Argentino el primero en rendir homenaje de pie a Baltazar Garzón. Quizás es ese el verdadero ritmo de la historia y soy optimista al pensar que con esos ejemplos y tiempos todavía podemos cambiar las cosas.
...
Máximo

Máximo Victoria es integrante de la 4ª promoción de Licenciados en Física, egresados en 1961. Fue detenido en dependencias de la CNEA, en Buenos Aires, a la vista de muchas personas y sufrió la cárcel de la dictadura.

El Homenaje en los medios

El jueves 22 de marzo, Adrián Moyano de radio El Arka entrevistó a María José Sánchez interesándose por los detalles del acto de homenaje a los ex alumnos desaparecidos o asesinados a realizarse el día 23 de marzo en el Instituto Balseiro.

El sábado 24 de marzo Celeste Ratto y Eduardo Alzueta de radio Nacional Bariloche, en el marco del día de la Memoria, entrevistaron a María Teresa Causa recabándole información sobre lo acontecido en el acto de homenaje realizado el día anterior.

miércoles, 28 de marzo de 2012

El Tarcho y Susanita

Palabras de Tito Huber, egresado del IB en 1972

...Estaba pensando en que hoy es la ceremonia sobre los desaparecidos que incluye a Tarcho y Susanita.

Los dos son mártires en el conflicto que transforma Argentina. Es justo reconocer sus contribuciones.


Susana fue la primera persona que conocí del curso de Física de Bariloche, cuando estábamos esperando el tren de BsAs a Bariloche y siempre mantenía una confianza para hablar. La dejé de ver cuando empezó su militancia (así se decía en aquella época). En ese momento, se veía claro que había que hacer algo para encauzar nuestro futuro. Prácticamente no había nada a nuestro alrededor que veíamos como nuestro. Ella participó activamente en cambiarlo. Ella había alcanzado la madurez, era valiente como pocos, y era conciente de la aberración con la que se enfrentaba. Gracias Susana por tu entrega total.

El Tarcho. Es difícil resumir al Tarcho en unas palabras porque era muy joven y estuvo evolucionando todo el tiempo. La única constante era que aspiraba a no mentirse a si mismo y constantemente se exigía mentalmente y moralmente. Era un muchacho para otra época, una de paz y creación. Le tocó vivir en una etapa en la que la realización de esa aspiración lo hicieron marchar hacia un peligro mortal.

Desde la Universidad del Comahue

El Centro Regional Bariloche, de la Universidad Nacional del Comahue, abrió sus actividades a fines de 1972. En sus comienzos fueron notables los esfuerzos de esta nueva comunidad universitaria por desarrollar un proyecto amplio y serio de trabajo. Se buscó incorporar a la línea de las “Ciencias Exactas”, presente en la historia pre-universitaria, aportes de otras áreas del conocimiento, y en esta dirección, por ejemplo, se concretó la participación de un equipo de Antropología que, bajo la dirección de Guillermo Rubén, pudo iniciar un interesante trabajo de investigación. Eran tiempos de entusiasmo, esfuerzo, voluntad organizativa…y en esa efervescencia creativa, recuerdo vívidamente la participación de Tarchitzky y de Elena Sevilla. Ellos venían de las Ciencias Exactas, pero en esa oportunidad nadie defendía “su quinta”, y todos deseábamos poner el hombro en un proyecto común. Entre mucha otra gente, recuerdo especialmente a Manuel y Elena. 

Vino luego el desastre: la persecución, el miedo, la agresión, la destrucción generalizada. La vida del Centro se transformó en la débil latencia de ciertos rituales académicos. Costó a la Institución, y nos cuesta a los argentinos levantar cabeza desde ese lugar de tanta brutalidad. Hoy, felizmente vivimos otros tiempos, pero mi compañero Tarchitzky no está. Fue asesinado en uno de los tantos “enfrentamientos” fraguados de los que se valieron los represores, y en la cuenta engrosó el número de aquellos a los que se designó como “desaparecidos”. Seguramente los responsables del terror tuvieron la ilusión de que “desapareciera” de la Argentina toda una fuerza vital, pensante, activa en la pelea por una sociedad mejor. Fracasaron. Tarchitzky, como tantos otros, nunca “desapareció”, nunca al matarlo pudieron “borrarlo” y sigue activo, muy presente en la memoria y el corazón.

Hoy, con aún mucho dolor, me sumo con mi testimonio al homenaje en el que se evoca su trayectoria entre nosotros.

Ana Mari Pérez Aguirre.




Adhesión APCNEAN

Centro Atómico Bariloche, 22 de Marzo de 2012

HOMENAJE A EGRESADOS DEL INSTITUTO BALSEIRO DETENIDOS DESAPARECIDOS O ASESINADOS DURANTE LA DICTADURA MILITAR 1976-1983


La Asociación de Profesionales de la Comisión Nacional de Energía
Atómica y la Actividad Nuclear, APCNEAN, adhiere al homenaje en memoria de
los egresados del Instituto Balseiro (IB), Antonio Manuel Gentile, Susana Flora
Grinberg, Eduardo Alfredo Pasquini y Manuel Mario Tarchitzky
, detenidos desaparecidos
o asesinados durante la dictadura militar 1976-1983.

Quienes fuimos sus compañeros, los recordaremos siempre compartiendo
momentos tan llenos de vida en el Pabellón 4, en el comedor, en El Electrón,…en
ese pequeño e intenso mundo nuestro donde discutíamos apasionadamente un
país diferente, desde nuestras frustraciones y esperanzas. Y ellos fueron parte
esencial de ese mundo, que la acción de la más sangrienta dictadura de nuestra
historia segó irracionalmente, dejándonos el compromiso de la búsqueda continua
de JUSTICIA como camino para recuperar el valor de lo que más importa: la vida
de un ser humano.

Invitamos a nuestros asociados a participar del acto que se realizará el 23
de marzo del 2012 en el pabellón Guido Beck del Instituto Balseiro, a partir de las
15:45 hs.


Rolando Granada
Secretario General
Seccional Patagonia
APCNEAN

Mensaje

Mensaje sobre Eduardo Pasquini escrito por Aldo Craievich, compañero de la séptima promoción del Instituto Balseiro. San Pablo, marzo de 2012.

Eduardo Pasquini fue uno de mis compañeros de estudio de ingeniería en la Universidad Nacional de Córdoba durante el bienio 1959/60. Estuve algunas veces en su casa en el barrio Alta Córdoba, frente a una linda plaza, donde también conocí a sus padres. A pesar de los más de 50 años pasados desde entonces, lo recuerdo todavía hoy como siendo ya un excelente alumno y compañero, respetado por sus convicciones e ideas claras sobre los temas que discutía.

En el primer semestre de 1961 varios alumnos de ingeniería de la Universidad de Córdoba decidimos continuar nuestros estudios en el entonces llamado Instituto de Física de Bariloche, entre ellos Eduardo, Héctor Gonzalez y Daniel Sprevak (quien se recibió un año después que nosotros, demorado por el servicio militar). Un quinto alumno de Córdoba que estudiaba en el IMAF, Bernardino Toledo, también formó parte del grupo de emigrantes cordobeses.

En el hoy Instituto Balseiro conocí más de cerca a Eduardo. Continué apreciando sus cualidades de alumno y compañero, siempre un buen crítico y con ideas claras sobre los más variados temas de discusión, haciendo que siempre nos sintiésemos interesados en escuchar su opinión, sobre temas de física o de cualquier otro tipo. Compartimos con él partidos de paleta y de futbol en una cancha cercana al pabellón 4 (que me parece ya no existe) y algunos de basquet que jugábamos en el cuartel vecino. Recuerdo que una vez volviendo de un partido de basquet, muy cansado, nos dijo: “Ésto no puede seguir así, yo debo elegir: o el basquet o el cigarrillo!”, y frente a esas dos opciones, ... dejó de jugar al basquet!

Eduardo participó en la organización de varias “bromas” con las que los estudiantes de la época nos divertíamos, probablemente por falta de alternativas más interesantes. Con respecto al chiste relatado por nuestro compañero Roberto Liotta sobre el casamiento ficticio, Eduardo lo supo aceptar sin reproches, lo que mostró su buen carácter y “fair play”.

Después de emigrar al Brasil, en 1973, no tuve noticias de Eduardo durante varios años, hasta que en 1976, mientras yo pasaba un sabático en Orsay, Francia, me llegó la terrible nueva de la desaparición suya y la de Liliana. Hubo inmediatamente claras manifestaciones de indignación de investigadores con los cuales Eduardo había trabajado en Francia y de otros de la comunidad científica francesa e internacional, que realizaron esfuerzos importantes para denunciar y condenar lo ocurrido.

Algunos meses más tarde me encontré en Trieste con nuestro compañero Luis Másperi, ya fallecido, quien me relató detalles tristes sobre sus múltiples e infructíferos esfuerzos para tratar de ayudar a descubrir lo que había ocurrido con Eduardo y Liliana.

Hace algunos años, en un Encuentro de Sólidos en Huerta Grande, me encontré con la hija mayor de Eduardo y Liliana, Gabriela. Durante una larga conversación le conté mil cosas sobre Eduardo y nuestras vidas de estudiante en el Balseiro, las largas noches de estudio y conversaciones, especialmente en vísperas de los exámenes finales, los chistes y bromas, etc etc. Mi impresión fue que Gabriela me escuchaba con sumo interés porque, de cierta forma, las pequeñas historias que le contaba la ayudaban a completar la imagen de su padre a quien, lamentablemente, consiguió conocer muy poco.

Termino este modesto mensaje resumiendo en dos palabras mis sentimientos en esta hora de homenaje a Eduardo Pasquini: respeto e indignación. Respeto por la persona que fue y por su memoria e indignación por su injustificable desaparición.


Incorporación de un físico desaparecido

Solicitud enviada a Francisco Tamarit por María José Sánchez

Hola Pancho,

finalmente realizamos el Homenaje a los cuatro fisicos desaparecidos egresados del IB.
El acto salió muy bien y fue super movilizante, como te imaginarás.

Entre los cuatro, Antonio Manuel Gentile, de la 2da promoción de Licenciados en Física del Instituto Balseiro, no figura en ningún listado de desaparecidos de todo el país. Tal vez sería oportuno que la Asociación de Física de la Argentina lo incorpore a su lista.

Avisame en caso de que te parezca pertinente y decime que información adicional necesitás.

Un abrazo
Majo

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Gracias Majo! Ya lo incorporamos!

Un beso
Pancho

Mensaje

Mensaje de Fabián Lew primo de Manolo Tarchitzky

Mi nombre es Fabián Lew, soy primo de Manolo, si bien soy menor, he tenido la hermosa oportunidad de haber estado muy cerca de él, vivimos en Bahía Blanca y nuestros padres han estado siempre juntos. Pasó muchos veranos en mi casa y nuestras familias se reunían muy a menudo. Mi Padre en particular tenía una relación muy cercana con él, y hasta su muerte, en cada ocasión que le pedían que hable de mi primo, lo único que podía expresar era una profunda y gran tristeza. Les puedo decir también que para sus padres (mis tíos) en particular la vida jamás volvió a ser igual, tuvieron muchos momentos para sonreír, pero siempre con sus ojos pensativos enfocados en Manolo.

Aunque han pasado muchos años desde que no lo tenemos físicamente, lo recuerdo enorme, de mirada curiosa, melena enrulada, amplia y perfecta sonrisa, dientes inmaculadamente blancos, introvertido con los que no lo conocían pero muy cariñoso y afectuoso con su familia y amigos, de su inteligencia ya escribió mi primo Adrián, lo que sí puedo decir es que el hecho de ser inteligente no lo convirtió en una persona creída, sino todo lo contrario, su humildad, generosidad y necesidad de no sobresalir, de ser uno más, ha sido uno de sus grandes atributos a destacar, inclusive no creo que le hubiera gustado que hablen mucho de él.

Tengo anécdotas que lo pintan como una persona muy tierna, protector de su familia, y más allá de la diferencia de edades entre nosotros, no tenía problemas en ponerse a jugar conmigo o llevarme al parque a pasear.

Todo lo que pueda decirles de Manolo es poco, se nos fue muy joven, con todo por hacer, por formar una familia, por disfrutar de sus Padres, de sus hermanos, de una cantidad enorme de sobrinos que lo quieren y hubieran querido conocerlo, de sus tíos y primos; también ha sido una pérdida muy grande para nuestro País que invirtió en él para que se pudiera desarrollar. Pero lo principal, que no se le dio la oportunidad a él para disfrutar de la vida, para construir, para seguir brindando amor a su alrededor, jamás podremos saber todo lo bueno que él podría haber hecho, y esas son, entre otras, las causas del dolor familiar.

No me gustaría que lo recuerden con dolor, sino como un muchacho de barrio, de amplia y contagiosa sonrisa.

Les agradecemos por recordarlo, de esa forma él sigue con nosotros.

Un abrazo

Fabián Lew

Comisión Derechos Humanos del Personal de CNEA

La Comisión de Derechos Humanos del Personal de CNEA (CDHPCNEA) se constituyó en 1983 con una amplia representación: de los gremios ATE, SEA y UPCN, de la Asociación de Profesionales, y de la Asociación de Técnicos, y también de la Asociación Física Argentina, la AFA. La constituimos para establecer un recordatorio permanente de los desaparecidos, para dar un abrazo solidario a sus familiares, para pedir justicia, y para reclamar la reincorporación de quienes fueron echados de CNEA por motivos políticos, gremiales o ideológicos.

En ese proceso nos enteramos del robo, en 1983, de un conjunto de legajos secretos, los llamados legajos “paralelos”, donde bajo órdenes de Castro Madero se recopilaba información ideológica con fines discriminatorios y represivos. En una causa judicial ya prescripta conseguimos recuperar parte de esa documentación.

Durante la dictadura, en la CNEA hubo mas de 25 secuestrados, 15 de los cuales continúan desaparecidos, 107 prescindidos y 120 cesanteados. En el período 1976-1978 también renunciaron 370 personas. Muchas, la inmensa mayoría de las renuncias, fueron producto de la persecución imperante en esa época: en una institución que siempre se había caracterizado por la participación de sus profesionales y técnicos en la discusión y determinación de sus metas y métodos de trabajo, se implantó un sistema opresivo y represivo que tuvo como finalidad no permitir que ni siquiera se cuestionaran sus decisiones técnicas. Así, a la persecución por motivos ideológicos, políticos o gremiales, sumaron la dilapidación de muchos cientos de millones de dólares en proyectos que jamás llegaron a funcionar.

La CDHPCNEA participó del proceso de reincorporación de cesanteados, colocó placas que recuerdan a nuestros compañeros detenidos – desaparecidos, en sus lugares de trabajo (Sede Central, CAC, CAE y Atucha I), colocó una placa en la puerta de Presidencia de CNEA en Sede Central y realizó diversos actos donde se invitó a personalidades que se destacaron por la defensa de los Derechos Humanos. En uno de esos actos decíamos:

“La Comisión de Derechos Humanos del Personal
 de la CNEA ya ha expresado su opinión, en el
 sentido que esa represión institucionalizada fue
 empleada como una herramienta para destruir a las
 organizaciones populares, acallar toda oposición, y
 llevar a cabo la ruina del aparato productivo y la
 entrega al capital financiero internacional.”


Hoy, a 36 años del golpe genocida, la memoria de la sociedad está presente y activa reconstruyendo la verdad, porque los actos de la dictadura no son del pasado, entendido éste como algo que ya no condiciona nuestra realidad. En estos últimos 5 años, a lo largo y ancho de todo el país se vienen abriendo decenas de causas en Tribunales Orales Federales donde se juzga a civiles y militares. En varias de esas causas se ha dictado sentencia, encarcelando a instigadores, torturadores y cómplices de delitos de lesa humanidad.

En las investigaciones de los juzgados Federales de Rosario ( 2do. Cuerpo de Ejercito), Bahía Blanca (V Cuerpo) y en los de Buenos Aires, causas del 1er Cuerpo de Ejercito y en la megacausa de la ESMA, se van incorporando pruebas para el esclarecimiento y juzgamiento de los responsables del asesinato de los egresados del Balseiro y también de otros trabajadores y becarios de CNEA. Varias son las declaraciones que se han recibido como testimonio en estas causas por parte de víctimas vivas y familiares e invitamos a que se sigan aportando datos.

La colocación de esta placa hoy en el Instituto Balseiro apunta a mantener viva la memoria en la comunidad, recordando a Antonio, Eduardo, Susana y Manuel, sus ex alumnos detenidos – desaparecidos o asesinados durante la última dictadura militar. Contribuye también a que las nuevas generaciones de estudiantes conozcan lo sucedido, como un recordatorio permanente de lo que no debe volver a ocurrir .

Nuestra experiencia como CDHPCNEA es que a lo largo de todos estos años ha sido y es una herramienta útil el propiciar la memoria, verdad y justicia, custodiando el Estado de Derecho.

Enrique Pasqualini participó como representante de CDHPCNEA
Bariloche, 23-3-2012




Instituto Balseiro; Novedades


HOMENAJE A EGRESADOS DEL INSTITUTO BALSEIRO DETENIDOS-DESAPARECIDOS O ASESINADOS DURANTE LA DICTADURA MILITAR 1976-1983


El último viernes 23 de marzo, el Instituto Balseiro realizó un acto homenaje en memoria de los egresados del Instituto Balseiro (IB), Antonio Manuel Gentile, Susana Flora Grinberg, Eduardo Alfredo Pasquini y Manuel Mario Tarchitzky, detenidos-desaparecidos o asesinados durante la dictadura militar 1976-1983.

En el homenaje, estudiantes del IB descubrieron una placa alusiva; y a continuación se proyectó el documental Liliana y Eduardo.....Las luces de la memoria, que narra el secuestro de su domicilio de la psicóloga Liliana Mizraji, y el físico Eduardo Pasquini, de quienes nunca se volvió a tener noticias. El relato también refiere a las vivencias de sus hijas, Gabriela y Laura, que tenían entonces 11 y 9 años.

Las doctoras María Teresa Causa y María José Sánchez, ambas docentes del IB y parte del equipo organizador del acto, señalaron en una columna en el diario Página 12 que “Con este testimonio narrativo deseamos multiplicar las luces de la memoria para derrotar el olvido.” y señalaron que “Cada uno de ellos representa a miles de jóvenes a quienes les quitaron sus vidas en situaciones que nunca esta sociedad debe olvidar. Por todos ellos, por los treinta mil desaparecidos, hacemos este homenaje en el Instituto Balseiro de Bariloche.”

Palabras de los alumnos actuales del IB


Emanuel Benatti descubre la placa



Quisiera acompañar el descubrimiento de esta placa con una pequeña reflexión que quizás a muchos parecerá evidente, pero que a mí me tomó un buen rato dilucidar. Es acerca de la diferencia, a mi criterio fundamental, entre la desaparición de personas, tal como fue ejecutado en la última dictadura militar, y el asesinato. Cuando una persona es asesinada, la comunidad alrededor de esa persona (ya sea la familia, amigos o la comunidad en general a la que pertenecía) tiene la certeza de su muerte. Eso da lugar al inicio de un proceso de luto por parte de la comunidad y a una serie de ritos que dependen mucho de la cultura de la que hablemos, pero que siempre existen. Cuando una persona desaparece, no existe la certeza de su muerte. Eso le impide que la comunidad alrededor de la persona desaparecida iniciar cualquiera de los ritos asociados a su muerte. Peor aún, hace imposible, o al menos complica y retrasa, el inicio del proceso de luto por parte de la comunidad afectada. Cuando, como pasó durante la última dictadura militar, se desaparece a un ser humano, no sólo se le está quitando su libertad, o su vida, si es que luego es asesinado. Se le está quitando también su humanidad, en el sentido de que se le está quitando a la comunidad alrededor de esa persona, la oportunidad de atravesar un proceso que, de alguna forma, está estrictamente vinculado al hecho de que somos seres humanos. El desaparecido, “es una incógnita”, “no puede tener ningún tipo de tratamiento”, tal como alguna vez diría el ex Gral. Videla. Uno se pregunta, después de ver las cosas de este modo, cual puede haber sido el grado de perversidad de alguien que elabora un plan en el cual se DESAPARECE sistemáticamente a las personas, mas no siempre se las ASESINA...

A partir de eso es que el valor de actos como este, de placas como esta, son tan grandes, creo yo. Primero porque nos recuerda. Nos recuerda a las personas que fueron asesinadas, para que hagamos el luto que corresponde a nuestra condición humana; y nos recuerda también a los que están desaparecidos, para que, aunque tal vez no podamos hacer el luto que corresponde, podamos quizás, y mediante el recurso de mantener a estos desaparecidos en nuestra memoria, preservar la humanidad que se les trató de quitar.



Fotos del acto de homenaje

Documental: La masacre de la calle Catriel



                      Argentina 2006 - 18 min. 54 seg. - DVD
                      Directores: Susana Matzkin (Argentina, 1947), Anahí Junquera
                                       (Argentina, 1976) y Lucio Peter (Argentina, 1981)
                      Idea original y guión documental: Susana J. Matzkin
                      Producción ejecutiva: Anahí Junquera y Susana J. Matzkin
                      Cámara: Silvia Pascual
                      Edición: Daniel Suárez Prado
                      Idioma original: castellano

Carta a Manolo/Tarcho

Carta a Manolo/ Tarcho para ser leída en 
 "Homenaje Victimas de la represión del Instituto Balseiro"


A 35 años del secuestro, desaparición y asesinato de un brillante academico/ fisico nuclear/ cientifico, que su nombre resuene y haga eco entre los cerros y el Nahuel Huapi junto a :

Susana Grynberg, Eduardo Pasqui­ni, Antonio Gentile.

PRESENTES ahora y SIEMPRE!!

Un manotazo duro, un golpe helado,
Un hachazo invisible y homicida,
Un empujón brutal te ha derribado.
Quiero rasgar la tierra con los dientes
Quiero rasgar la tierra hasta encontrate,
Y desenterrarte y regresarte.
Y besarte la noble calavera,
Compañero del alma tan temprano,
Compañero del alma, COMPAÑERO
Serrat en Elegía
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Bahía Blanca, 23 de marzo/2011
Carta a Manolo/ Tarcho para los Compñer@s del Instituto Balseiro

Manolo, Hermano de la Vida, del Corazón, casi de la Sangre!!!

 Hace una semana me enteré a través de Natalia (*) que los egresados del Instituto Balseiro (tus colegas) a quien con orgullo llegaste por tu brillantez académica, hacían el Homenaje a cuatro víctimas de la brutal represión de Nuestro País : vos uno de ellos, uno de los 30.000!!!

Inmediatamente me contactaron Enrique y María Teresa (Mate) te acordás de ella?? Del muñeco de felpa para su bebé??? Alegría, emoción, recuerdos. Nuestra propia Historia, todo a la vez!!!

Por fin, gente que te conoció te nombrará: vos lo sabés porque conocés aquella Bahía Gris donde fuiste Militante de la JUP, se convirtió en la Bahía del Silencio hasta que hace unos pocos años se empezó primero a escuchar y ahora
BAHIA BLANCA HABLA de sus DESPARECIDOS /ASESINADOS¦..

Hubo en la sociedad Bahiense una deuda enorme pendiente hacia tu persona, así fue que los alumnos del Colegio Nacional donde cursaste el secundario en su libro:
“Entrelazando Historias” investigaron sobre tu paso por esa institución, tu vida de joven adolescente, tu juventud, tu generosidad, tus sueños.
Seguramente cuando sea leída esta carta ya habrán conocido al Manolo que jugaba al basquet en Makabi. Se produce el cambio emblemático, único e histórico con el Juicio por Delitos de Lesa Humanidad a 17 represores que en jurisdicción del Quinto Cuerpo de ejercito con asiento en B Blanca durante la siniestra dictadura, decidió por las Vidas de los Comp@as, 100 víctimas en este primer Juicio en un total de 300 en esta región. Llegamos al mismo, luego de recusar Jueces con cinco (5) genocidas fallecidos y uno (1) prófugo a la instancia de estar concluyendo las testimoniales.
Acá me detengo: muchos militantes de los gloriosos /70 te conocieron, estuvieron en cautiverio contigo y con Zulma (sabes que su secuestro fue al mediodía del 19/07/76), al día siguiente por la noche de la casa de tus tios Lew te llevaron.
Solo puedo decirte que José, Alberto, Roberto por nombrar algunos de ellos dieron cuenta ante el excelentísimo Tribunal del horror que padecieron en manos de sus verdugos. Vos y Zulma por portación de apellido y mas aún porque nuestros Padres frecuentaban las Asociación Israelita de B Blanca mas castigo, mas ensañamiento que voy a decirte, si vos lo padeciste!!! Hasta el cruento final, por que la Vida y la Muerte se juntan en un momento te asesinaron salvajemente con Zulma y dos Comp@as : Juan Carlos Castillo y Pablo Fornasari.
Por vos, por las 100 victimas de este Juicio y por mi Hermana es que busco Justicia desde hace 35 años. Estamos cerca de que Bahía se ilumine y los nombres de Uds se confundan en un haz de Luz con sentencias ejemplares. Faltan solo unos meses!
No es un sueño como cuando soñamos que haya un espacio verde en tu Bahía que te evoque, ese sueño se realizó el 4/09/2006 al cumplirse los 30 años de la Masacre de Catriel 321 donde los cuatro fueron fusilados a cincuenta (50) mts del sitio donde hoy está la Plaza 4 de setiembre; con la escultura que realizó Esteban González Garza entrelazados los sueños y
los ideales de la JUP con Zulma, Juan Carlos y Pablo.
 Puedo seguir contándote muchas cosas, pero las dejaré como prometí en el sitio de tu MORADA al comienzo de este Juicio, iré entonces cuando estén los veredictos y sentencias, como iré a ver a Zulma porque el legado que dejo, lo tomé como misión y ese rumbo elegí!!

No te olvidamos, no lo permití porque a través de los Homenajes construimos Memoria y porque Nuestros Familiares Desaparecidos/ Asesinados son del pueblo, de todo un pueblo que hoy a 35 años del horror y del dolor tienen nombre y apellido: Vos sos el generoso, el cálido, el Hermano que decidí tener: sos MARIO MANUEL TARCHITZKI “MANOLO” o “TARCHO” .
Hasta la Victoria Siempre seguro se dijeron con Zulma aquel 4/09/76 en Catriel 321 en el momento final. Te quiero, te abrazo, te necesito
Hermana de ZULMA MATZKIN de MONACO

Susana Matzkin

(*) Natalia Manzano, hija de Nora Davidovich (egresada del IB), fue quien nos hizo el contacto con Susana Matzkin. Nuestros agradecimientos a Natalia y a Nora.